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La Oración en el Islam

Gastar en el camino de Dios es un medio de lograr Su cercanía

Gastar en el camino de Dios es un medio de lograr Su cercanía

Lo que más quiere el creyente es obtener el contento y amor de Dios y busca los medios para ello a lo largo de la vida. Dice Dios:

“¡Creyentes! ¡Temed a Dios y buscad el medio (es decir, el Islam) de acercaros a Él! ¡Combatid por Su causa! Quizás, así, prosperéis.” (Corán, 5:35)

Dios reveló al creyente en el Corán un secreto y una buena nueva, al decirle que lo que se gaste debería ser un medio para obtener Su cercanía. Por lo tanto, dar de lo que ama y tiene de más no le resulta un sacrificio sino una preciosa oportunidad para demostrar la devoción y amor por Dios, Quien dice:

“Pero hay otros beduinos que creen en Dios y en el Ultimo Día y consideran lo que gastan (por la causa de Dios) y las oraciones del Enviado como medio de acercarse a Dios. ¿No es esto para ellos un medio de acercarse? Dios les introducirá en Su misericordia. Dios es indulgente, misericordioso.” (Corán, 9:99)

Todo lo que se gaste en el camino de Dios tendrá una buena recompensa

Otro secreto revelado en el Corán respecto al dar de lo que uno tiene, es que será reemplazado por más bienes. Es una promesa de Dios. A quienes gastan en el camino de Dios sin temor de empobrecerse se les presentan bendiciones asombrosas a lo largo de sus vidas. Todo lo que se gasta en el camino de Dios se recupera completamente:

“No tienes tú (Muhammad) porqué dirigirles (a los infieles) sino que Dios dirige a quien El quiere. Lo que hagáis de bien redundará en vuestro perfecto beneficio. Y no lo hagáis si no es por deseo de agradar a Dios. Lo que hagáis de bien os será devuelto y no seréis tratados injustamente.” (Corán, 2:272)

“...Cualquier cosa que gastéis por la causa de Dios os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente.” (Corán, 8:60)

“Di: “Mi Señor dispensa el sustento a quien El quiere de Sus siervos: a unos con largueza a otros con mesura. No dejará de restituiros ninguna limosna que deis. El es el mejor de los proveedores”. (Corán, 34:39)

Los creyentes desean obtener el contento y Paraíso de Dios cuando dan de sus bienes y se ofrecen ellos mismos. Pero Dios les devuelve todo lo que dan en la forma de bendiciones en este mundo y, especialmente, obsequios en el Paraíso que ha preparado para los creyentes. Por otra parte, Dios disminuye los medios de esa gente miserable que no quiere dar de su riqueza o que desea acumular más aún, no teniendo en cuenta los límites establecidos por Dios. Uno de los versículos se refiere a quienes cobran intereses:

“Dios hace que se malogre la usura, pero hace fructificar la limosna. Dios no ama a nadie que sea infiel pertinaz, pecador.” (Corán, 2:276)

Dios nos informa acerca de la abundancia que obtienen quienes dan de sus bienes:

“Quienes gastan su hacienda por Dios son semejantes a un grano que produce siete espigas, cada una de las cuales contiene cien granos. Así dobla (la recompensa) Dios a quien El quiere. Dios es inmenso, omnisciente.” (Corán, 2:261)

¡Creyentes! No malogréis vuestras limosnas alardeando de ellas o agraviando, como quien gasta su hacienda para ser visto de los hombres, sin creer en Dios ni en el Último Día. Ese tal es semejante a una roca cubierta de tierra. Cae sobre ella un aguacero y la deja desnuda. No pueden esperar nada por lo que han merecido. Dios no dirige al pueblo infiel.

Quienes gastan su hacienda por deseo de agradar a Dios y por su propio fortalecimiento son semejantes a un jardín plantado en una colina. Si cae sobre él un aguacero, da fruto doble; si no cae, (al menos) rocío. Dios ve bien lo que hacéis. (Corán, 2:264-265)

Cada uno de estos versículos es un secreto que Dios revela en el Corán a los creyentes. Estos gastan sus bienes solamente para obtener el contento, misericordia y Paraíso de Dios, aunque también esperan Sus bendiciones y gracia. Cuanto más dan de sus riquezas, se ofrecen ellos mismos en el camino de Dios, se esmeran en la observancia de lo que está permitido y prohibido, Dios aumenta más sus bienes, les facilita las tareas y les provee de más oportunidades para gastar en Su camino. Todo creyente que respeta a Dios como corresponde y no alberga ningún temor en su corazón por el futuro, experimenta este secreto revelado a lo largo de la vida.

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